La industria de la e-micromovilidad ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, especialmente en áreas urbanas donde los residentes dependen de los servicios de entrega para sus necesidades diarias. El uso de e-bikes por parte de las compañías de entrega de aplicaciones se ha generalizado, lo que ha dado lugar a un nuevo debate en torno a la regulación de estos vehículos.
Recientes proyectos de ley han propuesto regulaciones para los ciclistas de e-bikes individuales, que incluyen requisitos como el registro de bicicletas, seguros e inspecciones. Sin embargo, estas propuestas no abordan el verdadero problema en cuestión: la responsabilidad de las propias compañías de aplicaciones. Son estas compañías las que obtienen beneficios del uso de la e-micromovilidad no regulada, mientras cargan a los trabajadores con la responsabilidad de usar y mantener estos dispositivos.
La implementación de regulaciones adicionales solo aumentaría los costos personales para los trabajadores de entrega, muchos de los cuales ya luchan por ganarse la vida en esta industria. Además, estas propuestas han sido criticadas por dirigirse de manera desproporcionada a trabajadores no blancos e inmigrantes, quienes constituyen una parte importante de la fuerza laboral de entrega.
El problema real radica en la falta de responsabilidad por parte de las compañías de aplicaciones. Extraen la riqueza de los consumidores y trabajadores sin asumir la responsabilidad de la infraestructura y medidas de seguridad necesarias. Este modelo de negocio pone en riesgo a todos y ha resultado trágicamente en la muerte de 31 trabajadores de entrega.
Se necesita un enfoque más integral para abordar el tema de la regulación de la e-micromovilidad. Los Deliveristas, quienes han desempeñado un papel crucial en la transición a la micro-movilidad durante la pandemia, abogan por una comprensión más amplia de la seguridad en las calles. Proponen un plan completo de seguridad vial y e-micromovilidad que incluya el desarrollo de carriles bici protegidos, estaciones de carga para e-bikes, hubs de entrega en las calles y dispositivos de e-micromovilidad seguros.
Sin embargo, es importante que las compañías de aplicaciones también contribuyan a estos esfuerzos. Como principales beneficiarios de las e-bikes, deberían asumir la responsabilidad de proporcionar equipos de trabajo seguros y contribuir al desarrollo de medidas de seguridad integrales. Este esfuerzo colaborativo no solo garantizaría la seguridad de los trabajadores de entrega, sino que también proporcionaría alternativas de transporte para todos los residentes de la ciudad de Nueva York.
En conclusión, la regulación de la e-micromovilidad no debe centrarse únicamente en los ciclistas de e-bikes individuales. Es crucial cambiar el enfoque hacia las compañías de aplicaciones mismas, responsabilizándolas de proporcionar equipos seguros y contribuir al desarrollo de medidas de seguridad integrales. Trabajando juntos, podemos lograr un futuro más seguro y equitativo para la e-micromovilidad en la ciudad de Nueva York.
Para obtener más información sobre la industria de la e-micromovilidad y problemas relacionados, puedes visitar Electrive y Greentech Media.