Karol Smith
Polonia ha estado fortaleciendo estratégicamente sus capacidades de defensa, y uno de los avances más significativos en este sentido es la adquisición de los aviones de combate furtivos F-35, apodados “F-35 Husarz” por el ejército polaco. Esta adquisición no solo marca una mejora significativa en la fuerza aérea de Polonia, sino que también refuerza su papel en el marco de defensa colectiva de la OTAN.
El F-35 Lightning II, con su tecnología de vanguardia y capacidades furtivas, es uno de los aviones de combate más avanzados del mundo. El apodo “Husarz” rinde homenaje a los húsares del histórico Commonwealth polaco-lituano, famosos por su agilidad y eficacia en batalla. La integración del F-35 en la Fuerza Aérea Polaca refleja una inversión estratégica en mantener la seguridad regional y una poderosa disuasión contra posibles amenazas.
El acuerdo para adquirir estos aviones de quinta generación se finalizó en enero de 2020, cuando Polonia firmó un contrato con Lockheed Martin, el fabricante de la aeronave, valorado en aproximadamente $4.6 mil millones por 32 aviones F-35A. Esta adquisición es parte de un esfuerzo más amplio de Polonia para modernizar sus fuerzas militares y reemplazar su envejecida flota de aviones de la era soviética. Se espera que la entrega y la capacidad operativa completa de estos aviones se desarrollen en etapas más allá de 2024, con pilotos polacos que ya están recibiendo entrenamiento para dominar las capacidades de esta sofisticada aeronave.
El F-35 ofrece una serie de características avanzadas, incluida la tecnología furtiva que lo hace prácticamente invisible para los radares enemigos, una variedad de sistemas de sensores para una conciencia situacional superior y aviónica avanzada que proporciona un mapa digital del campo de batalla. Estas capacidades permiten que el avión realice misiones que antes eran imposibles para la flota existente de Polonia, alterando significativamente el panorama estratégico de Europa del Este.
Los beneficios de esta adquisición para Polonia y la OTAN son múltiples. Más allá de la superioridad técnica de la aeronave, el F-35 Husarz mejora la interoperabilidad con las fuerzas de la OTAN, dado que el F-35 es utilizado por numerosos aliados de la OTAN, incluidos Estados Unidos, Reino Unido e Italia. La capacidad de compartir datos e inteligencia en tiempo real entre los socios operativos del F-35 fortalece iniciativas de defensa colectiva y mejora las respuestas coordinadas a posibles amenazas.
Además, la adquisición señala el compromiso de Polonia de cumplir con las directrices de gasto en defensa de la OTAN, que exigen que los estados miembros asignen al menos el 2% de su PIB al gasto en defensa. Al invertir en el F-35, Polonia demuestra su dedicación a mejorar sus capacidades de defensa nacional y contribuir a la seguridad del área euroatlántica en general.
En conclusión, el F-35 Husarz representa un salto transformador para la Fuerza Aérea Polaca, tanto en términos de tecnología como de capacidad estratégica. A medida que Polonia integra estos avanzados aviones de combate en sus fuerzas operativas, no solo fortalece su postura de defensa, sino que también refuerza su posición como un pilar crítico del flanco oriental de la OTAN. Esta adquisición subraya el enfoque proactivo de Polonia hacia la modernización de la defensa y su compromiso duradero con la estabilidad regional.
