La industria de las bicicletas eléctricas ha experimentado un crecimiento rápido en los últimos años, impulsado por la demanda de modos de transporte alternativos y el deseo de reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, el reciente anuncio de nuevas tarifas a las bicicletas eléctricas y sus componentes importados de China por parte de la administración de Biden ha generado preocupación sobre el futuro de la industria.
China ha sido durante mucho tiempo una fuerza dominante en la fabricación de bicicletas, y los Estados Unidos dependen en gran medida de las importaciones chinas en esta industria. Las nuevas políticas comerciales han generado discusiones sobre el posible aumento de los costos para las empresas estadounidenses de bicicletas y si estos costos se trasladarán a los consumidores. La declaración de aclaración emitida por la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos establece que las baterías de bicicletas eléctricas importadas de China estarán sujetas a tarifas aumentadas del 25 por ciento en 2026, frente al 7.5 por ciento anterior. Sin embargo, el estado de las bicicletas eléctricas importadas completas y otros productos de ciclismo aún no está claro.
La eliminación potencial de las exclusiones arancelarias para los productos de bicicletas chinas podría tener ramificaciones significativas para la industria. El grupo de defensa de las bicicletas, PeopleForBikes, ha instado a sus miembros a abogar por una extensión de las exclusiones arancelarias para apoyar a la industria. Estiman que las exclusiones arancelarias han ahorrado a la industria de la bicicleta más de $130 millones desde 2018, lo cual se traduce en ahorros para los consumidores.
La sincronización de estas tarifas es crucial ya que los Estados Unidos está experimentando un aumento en las ventas de bicicletas eléctricas. En 2022, las ventas alcanzaron los $903 millones, un aumento significativo en comparación con los $240 millones en 2019. La pandemia de COVID-19 y el deseo de modos de transporte alternativos han sido factores clave detrás de este auge. Además, los gobiernos estatales y locales han comenzado a considerar subsidios para bicicletas eléctricas similares a los de los automóviles eléctricos, reconociendo los beneficios ambientales que ofrecen.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Davis, encontró que los programas de reembolso para bicicletas eléctricas resultaron en un aumento en su uso. Los encuestados informaron que reemplazaron viajes en automóvil por paseos en bicicleta eléctrica, lo que podría llevar a una reducción potencial de las emisiones de carbono.
El futuro de las exclusiones arancelarias para bicicletas aún es incierto, y queda por ver cómo estas nuevas tarifas afectarán a la industria de las bicicletas eléctricas en los Estados Unidos. Si se imponen tarifas sin exenciones, la accesibilidad y asequibilidad de las bicicletas eléctricas podrían verse afectadas, lo que potencialmente obstaculizaría su adopción más amplia y su contribución a un futuro más verde.
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